Ramón Saúl Sánchez: el Gandhi del exilio cubano
Por Sonia Osorio ~ Agencia EFE
Con escasos recursos financieros, enarbolando el principio de la no violencia y utilizando los ayunos como herramienta para su activismo, Ramón Saúl Sánchez se ha convertido en el rostro más visible del exilio cubano en EEUU.
En su larga trayectoria, Sánchez, presidente del "Movimiento Democracia" ha realizado cuatro huelgas de hambre, varias campañas de desobediencia civil, flotillas frente a las costas cubanas y ha estado preso unas siete veces por su activismo.Estrategias que le han permitido defender los derechos de algunos de sus compatriotas cuando el fantasma de la repatriación ronda sus travesías por el peligroso Estrecho de Florida.El activista, nacido en Colón, Matanzas, se incorporó a la lucha anticastrista a los 15 años, después de que su madre lo enviara al destierro en los "Vuelos de la libertad" a través de los cuales unos 300.000 cubanos arribaron a EEUU entre 1965 y 1973.
"Tristemente mi patria vive la terrible soledad de la opresión, el desgarramiento de las familias y la violación de su soberanía. Desde que tuve uso de razón me di cuenta que no se puede vivir conociendo esa realidad cruzado de brazos", dijo.
Sánchez comenzó en un grupo paramilitar de Miami que en la década de los años 60 y 70 estaba a favor de derrocar al presidente cubano Fidel Castro con métodos violentos.Tras pasar cuatro años y medio en una prisión federal por "negarme a testificar ante un gran jurado federal que investigaba un presunto atentado a Castro en Nueva York, en 1980", decidió que la violencia no era el camino adecuado."Concluí que cuando saliera de la cárcel convencería a los cubanos de luchar utilizando la no violencia", dijo quien se ha divorciado cinco veces por la pasión que le dedica a su activismo.El cubano, que acumula sus días de vacaciones para los ayunos y otras actividades de su lucha, se inspira en Mahatma Gandhi, el icono mundial de la no violencia; en Martin Luther King, el líder negro de los derechos civiles; y en José Martí, prócer de la independencia de Cuba.Al principio le costó convencer a una comunidad que tenía muchas heridas, pero luego algunos se incorporaron y actualmente la organización cuenta con una cuadrilla de aviones y una flotilla.Su primer acto de desobediencia civil lo realizó en 1994 en contra de la política migratoria hacia Cuba, con monedas de 50 centavos e igual número de personas en una autopista de Miami."Nos colocamos simultáneamente en las casillas del peaje, lanzamos las monedas y apagamos los motores. Esto lo hicimos tres meses hasta que nos apresaron", recordó en su destartalada oficina, empapelada con fotos de presos políticos cubanos.Sánchez fue uno de los artífices del boleto a la libertad de los cubanos conocidos internacionalmente como los "Camionautas" y los "Balseros del Puente".Los "Camionautas" fueron interceptados por guardacostas en el 2003 cuando trataban de alcanzar las costas de Florida en un camión Chevrolet de 1951, adaptado como embarcación. El caso se resolvió enviando a tres de los cubanos, que habían tramitado sus visas de EEUU sin éxito, a la base de Guantánamo y luego los acogió un tercer país.Una acción similar emprendió con los "Balseros del Puente", que llegaron a un antiguo puente de los Cayos de Florida en enero pasado y los repatriaron con el argumento de que la estructura no estaba conectada a tierra firme.La decisión impedía a los "balseros" beneficiarse del decreto presidencial "pies secos, pies mojados", que permite quedarse en el país a los cubanos que tocan tierra y repatriar a los interceptados en el mar.
Sánchez elevó el caso ante un tribunal y realizó una huelga de hambre de 12 días exigiendo la revisión del decreto que considera "injusto e inhumano".
Se anotó otro triunfo: un juez dictaminó que se cometió un error al repatriarlo, se les otorgó visa a catorce de ellos y Washington accedió a una reunión sobre el decreto. "El elemento fundamental en todo esto no he sido yo, sino el pueblo tratando de que no se violen los derechos humanos y abriendo horizontes para la gente que viene buscando libertad en este país", manifestó con humildad. EFE
Sánchez elevó el caso ante un tribunal y realizó una huelga de hambre de 12 días exigiendo la revisión del decreto que considera "injusto e inhumano".
Se anotó otro triunfo: un juez dictaminó que se cometió un error al repatriarlo, se les otorgó visa a catorce de ellos y Washington accedió a una reunión sobre el decreto. "El elemento fundamental en todo esto no he sido yo, sino el pueblo tratando de que no se violen los derechos humanos y abriendo horizontes para la gente que viene buscando libertad en este país", manifestó con humildad. EFE
Miami Journal; New Policy on Cubans Met by Protest Drive