[Relaciones internacionales]
09/07/2015 - 05:05 PMMiami.- Ramón Saúl Sánchez, una de las figuras más visibles del exilio cubano, considera positiva la nueva era de relaciones entre Estados Unidos y Cuba, pero cree que el pueblo cubano no está siendo escuchado.
La reapertura de embajadas “es un primer paso en la dirección correcta porque facilita la comunicación entre ambos países y los trámites consulares que necesitan los cubanos para mantener sus vínculos familiares”, dijo el activista en entrevista con Notimex.
Sin embargo, el presidente del Movimiento Democracia opinó que existen “grandes contradicciones que mantienen marginado al cubano, ya que la voz del pueblo de Cuba no está incluida en el diálogo entre una potencia y un gobierno vitalicio de los Castro”.
“Nadie está hablando de las cosas que afectan todos los días a la sociedad cubana y de la división familiar en ambos lados del estrecho de Florida”, subrayó Sánchez, quien ha realizado huelgas de hambre, flotillas frente a Cuba y ha estado preso por su activismo.
Sánchez, quien fue encarcelado al negarse a testificar ante la justicia por un presunto atentado contra Fidel Castro en Nueva York en 1980, decidió desde entonces que la violencia no era el camino adecuado.
Reconoció que los tiempos han cambiado y acepta el acercamiento entre ambos países, porque afirma que “deja desnudo al régimen de Cuba ante los ojos del mundo, ya el gobierno de Cuba no puede echarle la culpa de todo lo que pasa en el país a Estados Unidos y a los exiliados”.
“Queda claro que de ahora en adelante la realidad que siempre fue y continua siendo en Cuba es que el sistema no funciona y que tiene dos militares dictadores vitalicios que han sido incapaces de desarrollar un modelo político y económico para satisfacer las necesidades del pueblo de Cuba”, señaló el activista.
Sánchez nació en Colón, Matanzas, y su lucha anticastrista se remonta a los 15 años de edad, luego de que su madre lo enviara al destierro en los “Vuelos de la libertad”, a través de los cuales unos 300 mil cubanos llegaron a Estados Unidos entre 1965 y 1973.
Dijo que pese a la dinámica adoptada tras el deshielo de las relaciones entre Washington y La Habana, en diciembre pasado, muchas cosas siguen iguales.
“Los costos de los paquetes viajes y remesas no han bajado a los niveles que debían de haber bajado al quitarse de enmedio una serie de obstáculos”, apuntó.
“Un crucero está cobrando una cantidad tan grande que es mejor ir a Europa que a Cuba que está a 90 millas de aquí”, dijo. Esta semana, el Carnival Corpo anunció que comenzaría a ofrecer viajes a Cuba de siete días valorados en dos mil 900 dólares.
“En términos prácticos no resuelve poner embajadas (...) lo que hay que hacer es desmontar toda la industria en la que Cuba se beneficia de la división familiar”, añadió.
“El pasaporte cubano es el más caro del mundo, las llamadas a Cuba cuestan 70 veces más que llamar a China y estamos a 90 millas, mientras que enviar un paquete cuesta tres veces más (...) es una industria que le deja a Cuba de cuatro a seis mil millones de dólares al año”, abundó.
Sánchez, cuyo grupo se opone al embargo comercial de 56 años a la isla porque considera que beneficia al régimen, no ve cambios migratorios inmediatos en la Ley de Ajuste Cubano que permite a los isleños quedarse en territorio estadunidense.
“Pienso que no van a tocar esa ley por ahora, porque eso crearía una sería situación acá y dentro de Cuba que Estados Unidos considera nociva para la seguridad nacional”, expresó.
Sánchez dijo que una vez terminada la entrevista tenía que resolver la situación de un grupo de cubanos que estaban a la intemperie y “que acaban de llegar de Cuba y no tienen recursos”.
Con su activismo, Sánchez ha sido uno de los artífices para lograr que dos grupos de cubanos conocidos internacionalmente como los “Camionautas” y los “Balseros del Puente” pudieran quedarse en este país algunos años atrás.
