Luis Felipe Rojas Mir - Coordinador de Prensa del Movimiento Democracia
El ejercicio de la violencia por la llamada revolución cubana viene de lejos. El máximo líder de esa revolución, el mismo Fidel Castro Ruz tiene un largo historial en el uso de la violencia desde sus años en la Universidad de la Habana. Fidel Castro miembro del llamado Bonche, se vio implicado en las muertes de Manolo Castro y del Sargento de la policía de la Universidad de la Habana, Leonel Gómez. Igualmente, se sabe que estuvo en la revuelta del llamado bogotazo y se sospecha que participo en el asesinato del líder colombiano Jorge Eliécer Gaitán. Más tarde en Cuba organiza el ataque al Cuartel Moncada, mientras él se quedaba a buen recaudo y más tarde acudió a la protección del arzobispo de Santiago de Cuba, Monseñor Enrique Pérez Serantes.
Después del desembarco en Oriente de los expedicionarios del Gramma, la violencia se intensifica. Bombas en los cines, atentados personales, fusilamientos de campesinos en la Sierra Maestra fueron parte del menú cotidiano de los revolucionarios. Tristemente nunca se les califico de lo que era en realidad: terrorismo.
Al triunfo de la revolución, los fusilamientos en masas, primero de los seguidores del régimen de Batista y después de cualquiera que se atreviera a formular su descontento con el rumbo de la llamada revolución estaba tomando podía terminar en la cárcel o en el paredón de fusilamiento, como terminaron Hubert Matos, Sori Marin o William Morgan. El Che Guevara resumió el culto a la violencia de la siguiente manera: ¨… Para mandar a hombres al pelotón de fusilamiento, las pruebas judiciales son innecesarias. Estos procedimientos son detalles burgueses arcaicos. ¡Esto es una revolución! Y un revolucionario tiene que convertirse en una fría máquina de matar, motivado por el odio puro. Tenemos que crear la pedagogía del paredón…
Para ser honestos, en la Cuba anterior a los Castros, la violencia era la manera de resolver diferencias políticas y personales y siempre se sentía admiración por el ¨hombre fuerte¨, conocidas eran las supuestas organizaciones revolucionarias que dirimían a tiros sus diferencias en las calles dela Habana, al triunfo de la revolución el culto a la violencia se entronizo de tal modo que la violencia permeo a la sociedad cubana. La guapería esta ya tan entronizada que hombres y mujeres de a pie, son incapaces de prescindir de la guapería. Desde la oficinas gubernamentales hasta las guaguas, la guapería es el medio conveniente de imponer nuestra voluntad y lo que es peor hacer valer los pocos derechos que les queda a los cubanos, pero como no ejercer la violencia cuando es el propio gobierno el primero que da el ejemplo lanzando sus turbas para reprimir sin el menor resquemor a mujeres, niños y hombres que se atreven a disentir del rígido esquema de un gobierno totalitario.
Si fueron capaces de atropellar y maltratar a sus compatriotas durante La Cumbre de las Américas en Panamá frente a las cámaras de los canales de televisión, de que no son capaces, desde el anonimato y la impunidad en las calles de la Habana.
Voltaire, (1600) escritor francés dijo: ¨!No apruebo lo que dices, pero defendería hasta la muerte tu derecho a decirlo!¨ este concepto es algo totalmente foráneo a la mentalidad de fuerza de los Castristas. Dejar que otro exprese una opinión que sea diferente a la suya, es suficiente para el insulto soez, si no, a la agresión física como lo demostraron una vez más en Panamá.
El Presidente Barack Obama durante la reunión de la Cumbre de la Américas, fue enfático al declarar que no se debía hurgar en el pasado y que el esfuerzo debía estar enfocado en mejorar la situación de los pueblos. Un funcionario del Departamento de Estado declaro, que los EE.UU no tenía ninguna intenciones de derrocar o subvertir a ningún gobierno. Sus acciones hablan más claro que sus palabras. Obama inicio un proceso de restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba, sacara a Cuba de la lista de países que ayudan al terrorismo. Y pedirá al Congreso que se le levante el embargo a Cuba. ¿Esto a cambio de qué?
Al parecer el presidente Obama ha decidido seguir una política exterior de no “confrontación” una especie de detente unilateral a espera de que Iran y Cuba, los dos países a los cuales esta política va dirigida, les devuelva el “beau geste” con actos de noble reciprocidad.
Indudablemente el Presidente Obama ha tenido un triunfo de relaciones públicas con su audaz iniciativa de restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba. Se ha granjeado la aprobación de muchos países que eran críticos de la política del embargo. Hasta el mismo Raúl Castro fue desmedido en sus alabanzas al Presidente Obama, tildándolo de honesto y humilde y de no ser culpable de los errores de las ultimas 10 administraciones.
Cuba sin duda, es un país líder en América Latina, unos países por el interés que tienen por el petróleo de Venezuela, otros por afinidad o simpatía ideológica y otros más, por temor. En qué posición quedara el Gobierno de Cuba después de la Cumbre de las Américas. Renunciara Cuba a su megalomanía revolucionaria de exportar la revolución, se resignara a coger la subvención económica de los Estados Unidos a cambio de no causar problemas y tornarse en una inocua dictadura con nostálgicos visos revolucionarios para los turistas americanos deseosos de vivir un poco del mito revolucionario y comprar camisetas del Che.
Esto me trae a la mente, una parábola del Buda: Una vez había un escorpión que deseaba cruzar un rio, como el escorpión no podía nadar, fue a hablar con una rana que estaba en la orilla del rio y le pidió que le cruzara montado encima de su lomo. Como crees, si te llevo me picaras y me mataras con el veneno de tu aguijón. No, si hago eso, yo me ahogare pues yo no puedo nadar. Después de mucho insistir, el escorpión al fin convenció a la rana. Cuando estaban en el medio del rio, el escorpión le dio un aguijonazo en el medio del cuello. La rana moribunda, le dice: ¿Que has hecho? ¡Ahora tú también morirás! Lo siento-dijo el escorpión--- ¡Lo siento esa es mi naturaleza!